Fernanda Vallejos sostuvo que la medida es necesaria para «desacoplar los precios» de los alimentos que se pagan en el mercado doméstico respecto de los valores internacionales.


Fernanda Vallejos, planteó este domingo la posibilidad de discutir un esquema de retenciones «con alícuotas móviles» para «desacoplar los precios» de los alimentos que se pagan en el mercado doméstico respecto de los valores internacionales y a la vez darle «tranquilidad» a los productores que esos aumentos en los derechos de exportación serán «circunstanciales» y no permanentes.

«La inflación es multicausal, pero no tengo ninguna duda de que el principal impulso inflacionario que estamos sufriendo en la Argentina desde el último cuarto del 2020 hasta ahora está determinado por la inflación internacional. Ahí no hay muchas recetas mágicas, lo que no se puede hacer es dejar hacer al mercado. El Estado tiene que intervenir imponiendo mecanismos que permitan desacoplar, desenganchar los precios internacionales de lo que pagamos en el mercado doméstico», planteó.

En diálogo con «Lado P», el programa que conducen Elizabeth Peger y Eduardo Paladini por Radio Rivadavia, la economista aseguró que «el mecanismo ideal es tener un buen esquema de derechos de exportación con alícuotas móviles que le de tranquilidad al sector de que el alza en esas alícuotas es tan circunstancial como la coyuntura, en este caso bélica, que hace que los precios se eleven».

«Cuando los precios retornen a un nivel de normalidad, esas alícuotas vuelven a nivel normal y entonces todos tienen previsibilidad. Es el mejor y más eficiente mecanismo», insistió la dirigente de la agrupación kirchnerista Soberanxs.

Consultada sobre los anuncios de la Casa Rosada en el marco de la «guerra contra la inflación», Vallejos deslizó que un aumento «de apenas dos puntos» en algunos pocos productos dentro de un esquema de retenciones fijas tal vez no tengan «la potencia suficiente», aunque de todos modos llamó a «una oportunidad a estas medidas y a que el Gobierno siga anunciando otras medidas». 

«Son medidas que uno esperaría que contribuyan a bajar la inflación, pero no me atrevo a decir que tengan la potencia suficiente. Hay que darle una oportunidad a estas medidas y a que el Gobierno siga anunciando otras medidas. Entiendo que esto no va a ser todo», señaló, en una expresión de deseo.

Al respecto, alertó que «hay millones de familias que tienen dificultades para comer, o para asegurar el techo».

«Lo básico es el techo, la vivienda, el alimento y las cuestiones básicas como cambiarle los lápices al chico cuando tiene que ir a la escuela o cambiarle la zapatilla al nene que le creció el pie», agregó. 

«El sistema con alícuotas de retenciones fijas no es el más eficiente», afirmó, y se pronunció a favor de un sistema de retenciones móviles, aunque reconoció que la discusión por la Resolución 125 de comienzos del 2008 fue «muy dañina» y que quienes abogaban por ese tipo de esquema, entre quienes se incluyó, no estuvieron «a la altura de poder dialogar y explicar mejor a quienes se sentían afectados por esa medida».

Más allá de la cuestión de los derechos de exportación, la economista advirtió que el compromiso en materia cambiaria que suscribió el Gobierno con el FMI para «devaluar al compás de la inflación» no contribuirán para nada en calmar la situación del aumento generalizado de precios, sino todo lo contrario.

«En 2021 la inflación no estuvo demasiado incentivada por el tipo de cambio, como sí había ocurrido durante el gobierno de Macri por las recurrentes devaluaciones, sumadas a los tarifazos. Pero este año, la regla que impone el FMI con el acuerdo que se acaba de sacar es muy preocupante porque le exige al Gobierno que devalué al compás de la inflación y todo el mundo sabe por experiencia histórica que en la medida en que hay movimientos en el tipo de cambio nominal hay inflación y eso obliga a devaluar más en un proceso que se sabe donde empieza pero no se sabe donde termina», alertó.

A propósito de la crisis en el Frente de Todos, ya reconocida abierta y públicamente por el Gobierno, Vallejos dijo que «las diferencias empezaron a escalar justamente por la imposibilidad de mejorar el problema distributivo» del país.

«Eso estuvo en centro de las críticas de algunos sectores, entre los que me incluyo, respecto de la política de ajuste que sufrimos en el 2021 en plena segunda ola pandémica donde los ingresos y la inflación estaban en niveles muy preocupantes», recordó.

«Si vamos hacia 2015 había un proceso intenso de puja distributiva que a pasear de tener niveles de inflación relativamente altos de 20 o 25 puntos -no como los que tenemos ahora- habían salarios reales que le ganaban. Eso permitía que la sociedad funcione con ciertos niveles de paz social. Eso se rompió a partir del 2016», comparó. 

 

© Grupo Agencia del Plata, todos los derechos reservados

error: Content is protected !!