El Gasoducto Presidente Néstor Kirchner se pondrá en marcha el 20 de junio y permitirá ahorrar alrededor de 4200 millones de dólares al año.


 

«Por la soberanía energética, ¡Viva Argentina!». Agustín Gerez resumió en una pintada sobre uno de los caños del Gasoducto Néstor Kirchner (GPNK) el espíritu de la ceremonia que Alberto Fernández y Sergio Massa encabezaron este viernes a propósito de la celebración de la última soldadura del caño que permitirá sacar el gas de Vaca Muerta al resto del país. Tal como estaba previsto desde el año pasado, la obra se inaugurará el 20 de junio y permitirá ahorrar 4200 millones de dólares anuales por importación de energía desde el 2024.

Fue un objetivo desafiante en 2022. Al calor del aumento del precio del gas a nivel mundial desatado por la guerra entre Rusia y Ucrania, el gobierno prometió que la primera etapa del GPNK iba estar operativa «antes del próximo invierno», y lo concretará. Pasaron 178 días desde ese 16 de noviembre en que comenzó la soldadura del primero de los más de 47.700 caños que salen de Tratayén, en la provincia de Neuquén y llegan a  Salliqueló, en Buenos Aires atravesando las provincias de Río Negro y La Pampa. Un «tiempo récord», aseguran desde el gobierno, para una obra que puede llevar hasta dos años.

«Nos permitirá la posibilidad de dejar de importar un producto que Argentina tiene en su subsuelo», aseguró Sergio Massa durante el acto. La obra permitirá incrementar la producción de Vaca Muerta (segunda reserva de gas no convencional del mundo) y transportarlo a los centros de consumo. Se podrán ahorrar divisas por 2100 millones de dólares para este año y, lo más importante, lograr revertir el inusual déficit de balanza energética que el país tuvo en 2022 – no lo tenía desde el 2015-. Para 2024 y contando otras obras que tiene en carpeta, Economía estima que el superávit podría llegar a 12.000 millones de dólares. Además, aumentará la disponibilidad de gas a precios competitivos para la industria, los comercios y los hogares.

“Hoy estamos ganando en soberanía energética, cuando muchos nos decían que esto era imposible de hacer, que era un trabajo más largo, que no íbamos a llegar a tiempo. Ahí está, cuando nos ponemos todos de acuerdo, las cosas funcionan”, aseguró el Presidente en directo desde la Quinta de Olivos. Del otro lado de la pantalla lo escuchaba Sergio Massa desde el Palacio de Hacienda. 

Agustín Gerez, el presidente de Energía Argentina – empresa que planificó y ejecutó la construcción del Gasoducto Néstor Kirchner (GPNK)- acompañó la soldadura final desde la provincia de La Pampa. Se realizó en el kilómetro 232 de los 573 kilómetros totales de la traza. A la altura de La Reforma, en la provincia de La Pampa, se unieron el tramo uno y dos de los tres en los que se dividió el proyecto. Techint junto con Sacde, de Paolo Rocca y la familia Mindlin, conformaron la Unión Transitoria de Empresas (UTE) que estuvo a cargo de la construcción de los primeros tramos del ducto. BTU realizó la construcción del último, desde el kilómetro 440 de la traza, en La Pampa, hasta la localidad bonaerense de Salliqueló. Los caños de acero de 12 metros de largo que transportarán el gas se elaboraron en la fábrica que Techint tiene en Valentín Alsina. 

«Hemos batido un récord latinoamericano de soldaduras haciendo más de 6 kilómetros por día», aseguró durante la presentación el presidente de Enarsa. Las soldadoras utilizadas fueron automáticas, una tecnología avanzada a nivel mundial que reduce los tiempos de obra. Todos los caños pesan aproximadamente 300.000 toneladas de cañerías, el equivalente a 4.285 Obeliscos porteños.

La habilitación comercial está prevista para el 20 de junio. Durante el mes, las contratistas de los tres frentes de la obra que se unió este viernes en La Pampa comenzarán las pruebas hidráulicas para constatar la ausencia de pérdidas o fisuras en los 573 kilómetros del ducto. Una vez finalizadas las pruebas, deberán realizarse las instalaciones de superficie con sus válvulas y, ahí sí: empezará a funcionar. 

Con el primer tramo finalizado, el gobierno comenzará el proceso de licitación de la segunda etapa. Prevé la continuidad de la obra hasta San Jerónimo al sur de Santa Fe, lo que abriría la posibilidad de llegar con mayor volumen del gas de Vaca Muerta a los grandes centros urbanos e industriales del país, y vincular con el gasoducto del Noreste (GNEA) para abastecer a las provincias de la región.

A diferencia de la primera, que se financió con fondos del Tesoro y del impuesto a las grandes fortunas, la segunda podría obtener financiamiento de Brasil. Las obras en conjunto tienen por objeto ampliar la capacidad de transporte en 39 millones de metros cúbicos diarios -21 millones en la etapa inicial-, y utilizar producción nacional y trabajo argentino para sustituir miles de millones de dólares de importaciones actuales de GNL, y combustibles como el fuel oil o el gas oil.

La semana que viene Enarsa comenzará la licitación de otra obra importante en términos energéticos: el reversal del norte, que servirá para que el gas de Vaca Muerta pueda abastecer al centro y norte argentino dado el declino de Bolivia. Se espera que esté terminada en junio 2024 y permitirá ahorrar otros 2000 millones de dólares de importaciones de energía y bajará el costo de generación eléctrica para las industrias del norte argentino. «Podremos empezar a exportar al norte de Brasil, Chile y Bolivia si lo necesita». Ya cuenta con financiamiento confirmado por  540 millones de dólares de la Corporación Andina de Fomento (CAF).

 

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