El vocero de la administración Milei tuvo un pasado sindicalista en el gremio de los deliverys. La información, que no debía ser filtrada a la prensa, demuestra las disputas internas en el gobierno nacional. En público dicen que Adorni se ríe intentado minimizar la situación, aunque en privado, afirman que implora: «No lo volveré a hacer».
Por Oscar Dufour | (*)
Manuel Adorni pretendió ser el Secretario Adjunto dentro de una de las primeras conformaciones del sindicato de repartidores, muy en contra del discurso del gobierno del cual hoy es vocero. En las primeras horas de este miércoles, un expediente ingresado en 2020 se habría filtrado de los cajones de la cartera de Capital Humano, cuando el Poder Ejecutivo había pedido expresamente que «lo pisen» para evitar difundir tan controvertida información, así tener que evitar todas las mañanas salir con «careta» a enfrentar la habitual rueda de prensa, donde cada mes se lo nota más impreciso y desalineado.
Se trata de un documento ingresado en aquel entonces al ministerio de Trabajo de la Nación, un trámite para solicitar la creación del Sindicato Argentino de Empleados de Delivery y Afines (SAEDA), en uno de los intentos de un reducido número de trabajadores de mensajería por organizarse en un nuevo gremio y así confrontar al moyanista sindicato de motoqueros (ASIMM) que conduce Marcelo Pariente. El entonces Ministerio de Trabajo no aprobó la personería jurídica.
Documento revelado por InfoGremiales.
El estatuto del gremio ubica la conformación del SAEDA el 17 de diciembre de 2019, bajo la dirección de Miguel Fernando Soliz, una mujer de origen peruano y un tal Manuel Adorni, que en aquel entonces desarrollaba tareas como trabajador de la firma Tesir SRL, una empresa destinada a los servicios de mensajerías. El expediente filtrado es producto de la solicitud para obtener la inscripción gremial.
Según publicó el portal InfoGremiales, que desclasificó el documento, la orden que llegó al ministerio de Capital Humano, dirigida por Sandra Pettovello, y a su secretario de Trabajo, Julio Cordero, fue evitar que la información saliera a la luz.
«Cordero no decide nada, está pintado. Acá la que manda es (Liliana) Archimbal y Archimbal es (Jorge) Triaca”, le dijeron fuentes de Trabajo a InfoGremiales para explicar el mapa de poder de la gestión libertaria. Según la nota firmada por el periodista Jorge Duarte, las órdenes no se cuecen en las oficinas de Capital Humano, sino en los escritorios y mesas de café de exfuncionarios de la cartera laboral del gobierno de Juntos por el Cambio. Allí la conexión con el exministro de Trabajo de Macri, Jorge Triaca.
Liliana Acosta de Archimbal es una exfuncionaria que trabajó en el gabinete de Triaca y fue nombrada el 24 de abril pasado como la presidenta del Consejo Nacional del Empleo, la Productividad y el Salario Mínimo, Vital y Móvil (es decir, es quien està al frente del organismo que regula las relaciones laborales y el piso oficial del ingreso de los trabajadores). Según revela InfoGremiales, fue colocada como la segunda al mando de Cordero para “controlar la gestión”, mientras que todavía responde a los designios del exministro macrista de Trabajo, que sostiene sus influencias en el área.
La intención de Adorni de participar en la vida gremial choca contra su discurso encendido durante el paro reciente de la CGT, al que calificó como “un cúmulo de amenazas, extorsiones y miedo que quisieron inculcar y lograron lo que lograron” y apuntó, en particular, contra el gremio de Camioneros conducido por los Moyano. Parece entonces, que «las fuerzas del pueblo» dieron su vuelto.
«Me parece que la gente se cansó de la hipocresía», había dicho Adorni en la noche del 9 de mayo, invitado en un programa de televisión, para criticar el paro de la CGT e instalar -faltando a la realidad que es la única verdad- la idea de que no fue contundente.
El documento filtrado desde la actual Secretario de Trabajo, a cargo de Julio Cordero; y bajo la órbita de la ministra de Capital Humano, Sandra Pettovello que involucra a Adorni, se conoció en la últimas horas; y sí, parece que algunos «se cansaron de tanta hipocresía». Varios de sus colegas y también desde el sindicalismo ya lo llaman «cara de bigornia».
Por Oscar Dufour | (*)