El arzobispo de Buenos Aires Jorge García Cuerva reclamó cambios en la política económica del gobierno de Milei, habló de «no pasar de largo frente a tantos heridos al borde del camino de la vida, frente a tantos rostros concretos, víctimas de la exclusión». Las actividades centrales para honrar al patrono del pan y el trabajo se desarrollaron este miércoles en Liniers, pero se replicaron multitudinariamente en todas las provincias de la Argentina.
Por Oscar Dufour | (*)
Miles y miles de fieles de toda la Argentina se acercan a los santuarios de San Cayetano para celebrar la tradicional misa de veneración al patrono del pan y del trabajo. Desde el martes, están haciendo varias cuadras de fila en el barrio de Liniers, ciudad de Buenos Aires, para poder pedir y agradecer en el Santuario, una devoción que se replicó en todo el País. Se movilizaron la CGT, las CTA junto a los movimientos sociales, la provincia de Buenos Aires con una multitud de seguidores tuvo su propia columna.
La misa central comenzó minutos después de las 11, donde el monseñor Jorge García Cuerva pronunció un mensaje en el que hizo foco en la necesidad de no «pasar de largo frente a tantos heridos al borde del camino de la vida, frente a tantos rostros concretos, víctimas de la exclusión».
García Cuerva también abordó la situación social crítica que enfrenta la Argentina, comparándola con la parábola del hombre asaltado y herido. El religioso habló de «una patria herida, despojada de casi todo, media muerta», haciendo referencia a los problemas de corrupción, narcotráfico y exclusión social que actualmente afectan a la Argentina.
Este 7 de agosto había largas filas para entrar a la parroquia, parecían interminables, entre tres y cuatro cuadras de cola de fieles y hacían pasar entre 30 a 50 personas. El santuario de Liniers de San Cayetano celebra las fiestas patronales con misas a todas las horas entre las 4 y las 11 de la mañana; por la tarde y a la noche, también se celebran misas a las 13, 15, 17, 19, 21 y 23.
El arzobispo de Buenos Aires citó al Papa Francisco, criticó la indiferencia y el egoísmo que contribuyen a la perpetuación de estas injusticias. Luego hizo un llamado a la solidaridad y al compromiso comunitario. Enfatizó que la solución a los problemas de la Nación no reside únicamente en el gobierno, sino en la acción colectiva de sus ciudadanos.
Finalmente, García Cuerva, que luego del discurso salió a saludar a los peregrinos, concluyó: “el santuario de San Cayetano es como aquella posada del Evangelio: recibe a los heridos de la vida, recibe a los golpeados en su dignidad por la falta de trabajo y por una miseria lacerante y creciente, recibe a los que están profundamente angustiados y solos, recibe a nuestros jóvenes, y también a los abuelos”. Y pidió que “también nuestro bendito país sea una verdadera posada para todos, sin excluir a nadie”. A modo de ejemplo señaló que “en este tiempo lo hemos demostrado acompañando bien de cerca a nuestros hermanos venezolanos, la comunidad inmigrante más numerosa en la ciudad de Buenos Aires, a quienes hospedamos con el afecto, la cercanía y la oración”.
El arzobispo agregó que «todos tenemos el compromiso de construir un país más justo, mejor, para todos» y concluyó su intervención subrayando que «hoy más que nunca San Cayetano nos anima, nos anima a la solidaridad con los más pobres y pide con nosotros paz, pan y trabajo».
Los que quieran oír… que oigan
(*) Oscar Dufour es escritor, periodista y ensayista Argentino. Presidente © Grupo Agencia del Plata. Columnista de medios internacionales. Vicepresidente de la Asociación de Periodistas de Moreno – Provincia de Buenos Aires.
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