Jubilados y movimientos sociales movilizan el próximo miércoles para rechazar el veto presidencial a la reforma previsional. Al momento, sin el acompañamiento de estudiantes y gremios, ancianos y ancianas de la clase pasiva, se lanzan en la Argentina a la protesta decididos a enfrentar la represión de la administración anarco-colonialista de Milei.
La protesta, pautada para el próximo miércoles, tomará mayor dimensión luego de la represión que sufrieron en la última convocatoria, cuando la Policía Federal avanzó con gases y palos contra los manifestantes en la puerta del Congreso de la Nación.
La marcha, que se iniciará en las inmediaciones del Congreso Nacional y culminará en Plaza de Mayo, tiene como objetivo visibilizar que el ajuste fiscal que Milei exhibe con orgullo recae en gran medida en los jubilados y repudiar la violencia estatal. Así, desafiarán una vez más al protocolo de seguridad de la cartera que conduce Patricia Bullrich, quien anticipó que de cortarse las calles volverán a reprimir a los manifestantes.
La Casa Rosada se expresó en el mismo sentido que la ministra. El vocero presidencial, Manuel Adorni, defendió el accionar policial, al decir que «lo único que se hizo fue cumplir con el protocolo» y advirtió que «la calle no se puede cortar y la ley no se puede incumplir». «Al que le gusta bien, y al que no, vaya y corte y se aplicará el protocolo», cerró con prepotencia.
Los organizadores esperan la adhesión de sindicatos, agrupaciones políticas peronistas y de izquierda, como centros de estudiantes, e incluso, reclaman la participación de la Confederación General del Trabajo (CGT), que en los últimos días sacó un pronunciamiento en repudio al accionar de la represión policial contra los jubilados, pero que no se pliega a las medidas de protesta.
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