Según los datos del Observatorio Educativo y Social de la Universidad Pedagógica Nacional son 12,8 millones los alumnos convocados en este ciclo lectivo, que concurrirán a 75.439 escuelas donde los esperarán 953.275 docentes.


 

Unos 13 millones de estudiantes de 22 provincias vuelven este miércoles a clases con el desafío de promover la «revinculación» de los chicos que perdieron el contacto con la escuela y «sostener trayectorias» que «se volvieron más frágiles», señalaron especialistas y funcionarios.

La premisa, planteó el presidente Alberto Fernández, es que 2022 sea «el año de la educación y que la normalidad vuelva a existir en los colegios»

En total, son 12,8 millones los alumnos convocados en este ciclo lectivo, que concurrirán a 75.439 escuelas -el 76,6% de gestión estatal-, donde los esperarán 953.275 docentes, según refleja el Observatorio Educativo y Social Datos País de la Universidad Pedagógica Nacional (Unipe) con datos del anuario estadístico de 2020 del Ministerio de Educación nacional.

De este total, 1.807.986 son de nivel inicial; 4.859.105, de nivel primario; y 3.904.519, de nivel secundario, una suma de 10.571.610, y el resto, del SNU (Sistema No Universitario)..

Superada la etapa más dura de la pandemia, que trasladó las aulas a un ámbito de virtualidad, funcionarios y especialistas plantean nuevos desafíos para el ciclo que está a punto de iniciar.

Recuperar a los chicos, fortalecer los aprendizajes claves e incluir la tecnología con una mirada de futuro y orientada hacia el trabajo son nuestros grandes ejes», sostuvo ante Télam la secretaria de Educación, Silvina Girvtz.

Para la funcionaria, la «prioridad» del ciclo lectivo que está a horas de comenzar es «recuperar a los chicos que perdieron el vínculo con la escuela durante la época de pandemia. Hasta diciembre logramos revincular a 500.000 y para el inicio de clases habrá una mayor tasa de revinculación a partir de los esfuerzos de Volvé a la Escuela y las escuelas de verano, un programa que tiene una asignación presupuestaria de 5.000 millones de pesos para que las provincias vayan a buscar a los chicos que estuvieron desvinculados o con vinculación intermitente con la escuela».

Por su parte, la pedagoga y exviceministra de Educación, Adriana Puiggrós, planteó su mirada en uno de estos problemas: «el principal desafío de este ciclo es la reincorporación de los 500.000 chicos que están desconectados, ahí hay que poner el conjunto del esfuerzo».

Pero un dato que no se soslaya es el desempeño por debajo del nivel básico de una proporción importante de los alumnos, agravada, se sostiene, por los consecuencias de la pandemia.

Según la Unipe, el 18,6% de los estudiantes del secundario y 7,1% del primario registran desempeños por debajo de lo esperable. En matemática, estos porcentajes suben a 42,8 en alumnos del secundario y a 19,6 en alumnos de escuelas primarias.

Estos datos están en sintonía con los resultados de la evaluación de las pruebas ERCE2019 en Lengua, Matemáticas y Ciencias Sociales de chicas y chicos de tercer y sexto grado, en las que Argentina obtuvo puntajes por «debajo del promedio regional» en casi todas las áreas, lo cual fue calificado como preocupante por el ministro de Educación, Jaime Perczyk.

«Con la pandemia se potenciaron problemas estructurales de nuestra sociedad. Las desigualdades sociales, territoriales, de acceso, de uso y conexión al mundo digital, del capital cultural con el que cuentan las familias para acompañar a los estudiantes, entre otras», dijo Adrián Canelotto, rector de la Unipe.

«A la par -añadió-, se volvieron más frágiles las trayectorias de muchos estudiantes, particularmente en inicial y en secundaria. En el caso de la secundaria porque hay allí una dificultad con la repitencia y el abandono que viene de lejos, además de otras cuestiones que es necesario abordar de cara a otra escuela secundaria, como de hecho lo están haciendo algunas provincias».

Como la contracara de este problema surge un concepto muy mencionado luego de meses de virtualidad o sistema híbrido: la presencialidad.

En torno a esto, el investigador y presidente de DNI (Defensa de Niños y Niñas Internacional, sección Argentina), Norberto Ignacio Liwski, opinó para esta agencia que una prioridad es «garantizar las medidas de protección sanitaria, evitando confundir presencialidad plena con desprecio por las pautas dictadas con validación científica, ética y de respeto por la salud colectiva».

En este sentido cabe recordar que hasta el momento fueron inoculadas 8.533.884 de dosis contra el coronavirus en chicos de 3 a 11 años sin condiciones de riesgo y 569.589 a chicos de esa edad con factores de riesgo, en tanto que fueron 6.054.169 las aplicaciones a adolescentes de entre 12 y 17 años sin factores de riesgo y 1.290.758 a quienes tienen factores de riesgo en esa población, de acuerdo con los últimos datos del Monitor Público de Vacunación.

En este contexto resuena la pregunta que hizo, consultado por esta agencia, Isabelino Siede, licenciado en Ciencias de la Educación (UBA): «Volver a las aulas, ¿para qué?» Y se contesta: «Para ‘educar al soberano´ en pautas de solidaridad, compromiso y libertad responsable»

En esta dirección, Canelotto sostuvo que «hoy no sólo se comprende la complejidad de la tarea docente, se comprende también que la escuela cumple un rol central en la construcción de subjetividades. En ella se aprende a trabajar con otros y otras, a hacer amistades, a resolver conflictos, a ser solidarios y colaborativos, a expresar ideas y apropiarse de múltiples lenguajes, etc.».

Y agregó: «Seguramente habrá que poner el foco en los principios formativos para poder redistribuir contenidos en más de un ciclo; habrá que construir acuerdos para acompañar, para estar presentes, para sostener, para motivar, para construir conocimientos; tendremos que complejizar la mirada para estar atentos a las dificultades de los alumnos».

El reconocido sociólogo e investigador Emilio Tenti Fanfani menciona los «conocimientos poderosos», que deben ser desarrollados por la escuela.

«Los conocimientos complejos son un capital, una riqueza que contribuye a determinar la posición que los chicos y las chicas van a ocupar en la sociedad del futuro. Sin la escuela no se pueden desarrollar conocimientos poderosos en los chicos, pero ésta requiere a su vez que otras condiciones sociales estén dadas para que la escuela sea efectiva», dijo a Télam.

¿Y educar para el mundo del trabajo? Si, respondió la pedagoga Adriana Puiggrós, pero «no con el trabajo entendido como la práctica gratuita de los chicos en las empresas, sino el concepto de trabajo, los procesos de trabajo, el trabajo entendido en el marco de una visión económico social en donde se entienda cómo es el proceso del capitalismo en el cual vivimos y en el marco de economía política».

En la víspera de la vuelta a las aulas de millones de chicos y chicas, 5,2 millones solamente en la provincia de Buenos Aires, el Director General de Cultura y Educación de la provincia de Buenos Aires, Alberto Sileoni, se mostró optimista.

Por un lado, porque «que las comunidades están con muchas ganas de volver, las familias, los papás, los chicos, las chicas, con lo cual tenemos un capital extraordinario; y, en segundo lugar, el tema de la vacunación, con grandes niveles en docentes, más del 95 por ciento».

Sobre este regreso, con las expectativas y nuevos desafíos por delante, opinó el ministro Perczyk: «Un país que se quiere reconstruir y que quiere tener futuro tiene que ser con las pibas y los pibes dentro del sistema educativo, cada día más tiempo, cada día más horas, estudiando, con libros y con computadoras».

 

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