Bajo la consigna «son 30.000, es genocidio» y en reclamo por la «apertura de los archivos de la represión», junto a organismos de derechos humanos, las Madres reivindicaron alrededor de la Pirámide de Mayo los «47 años de lucha» de esa asociación.


 

Foto Gentileza Marita Costa

 

Las Madres de Plaza de Mayo Línea Fundadora afirmaron que ante la asunción del nuevo gobierno electo van a «estar en la calle» como lo hacen desde hace «47 años», pidieron que «sigan» los juicios de lesa humanidad y reclamaron por la «apertura de los archivos de la represión».

Lo hicieron en la 43° Marcha de la Resistencia en la Plaza de Mayo que tuvo la consigna «son 30.000, es genocidio» y se realizó en reclamo de la «apertura de los archivos de la represión».

 

«Le avisamos al gobierno que viene que vamos a estar en la calle todo lo necesario porque lo hicimos 47 años y vamos a seguir», afirmó la referente de Madres Línea Fundadora, Nora Cortiñas.

 

Cortiñas encabezó el acto junto a otras dos integrantes de Madres de Plaza de Mayo, Mirta Baravalle y Elia Espen.

 

Nora Cortias Foto Gentileza Marita Costa

 

Como es tradicional todos los jueves, la ronda de las Madres comenzó a las 15.30 y luego de los discursos, a cargo de Cortiñas y Espen, hubo una segunda vuelta alrededor de la Pirámide de Mayo.

Cortiñas aseguró que las Madres van a «seguir juntas para lograr que los juicios sigan funcionando y que no se pare ninguno», y propuso que ante la asunción de las nuevas autoridades, se presenten «nuevos hábeas corpus» para «pedir de nuevo qué saben, qué pasó con nuestros hijos».

«Volver a pujar otra vez por la verdad, memoria y justicia y vamos a lograr que nos digan algo más de lo que nos dijeron hasta ahora», remarcó y pidió «cárcel» para «todos los responsables genocidas, torturadores y desaparecedores» de la última dictadura militar.

Sobre la histórica Marcha de la Resistencia que las Madres realizaron por primera vez en 1981, recordó que la hacían «por 24 horas, de 15.30 a las 15.30 del día siguiente» pero, dijo, «ahora estamos muchas madres enfermas y aunque quisiéramos no podríamos».

Pero convocó a los «jóvenes» a que «si algún día se nos ocurriera que hay que salir 24 horas, nos acompañen».

Además, pidió «libertad» para la dirigente social Milagro Sala que se encuentra detenida con prisión domiciliaria, reclamó que las «comunidades indígenas reciban sus tierras» y le reprochó a «mayoristas» que se «dejen de joder» por el aumento en los precios de los alimentos.

En tanto, Espen manifestó que continuarán «pidiendo juicio y castigo a todos los genocidas» y pidió por «verdad y justicia para que aparezcan los bebés robados» por los represores.

«Ante los que conjugan el verbo obedecer, yo conjugo el verbo no perdono y no olvido. Qué pretenden que nos abracemos con los genocidas», reprochó y prometió que hasta su «último suspiro» va a continuar pidiendo que «se abran los archivos» de la última dictadura militar.

Cerca de la finalización del acto, a las 18.30, la agrupación cultural Banda del Pañuelo intervino el piso de la plaza con la realización de un gran pañuelo, donde los presentes se acercaron a escribir el nombre de personas desaparecidas.

 

Foto Gentileza Marita Costa

 

Participaron de la 43° Marcha el Servicio de Paz y Justicia (Serpaj), el Centro de Abogados por Derechos Humanos (CADHU), el Frente de Organizaciones en Lucha (FOL), el Nuevo MAS, la Izquierda Socialista, el Partido Obrero y el Partido de Trabajadores Socialistas (PTS), entre otros.

 

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