La marcha se realizó entre las sedes del FNA, ubicada en la calle Alsina al 600, y el Instituto Nacional del Teatro (INT) ubicado en Santa Fe al 1.200.

La posible derogación del Fondo Nacional de las Artes (FNA), forma parte del proyecto de ley ómnibus enviado al Congreso por el Poder Ejecutivo, lo que provocó el «rechazo» de la medida por parte de los trabajadores del organismo y encendió el debate entre diversas voces de la cultura alrededor de este ente autárquico creado en 1958.

El FNA tiene una planta de 120 trabajadores y a lo largo de sus 63 años de historia, músicos, artistas plásticos, cineastas, actores, fotógrafos, escritores, bailarines, artesanos, arquitectos y diseñadores encontraron ahí un espacio de promoción a través de becas, préstamos o premios.

El FNA se financia a través del dominio público pagante (DPP), que se cobra por las obras una vez vencido el plazo de protección del derecho de autor, en la mayoría de los casos a los 70 años de la muerte del autor.

También obtiene ingresos por las tasas y multas de la Ley de Propiedad Intelectual Número 11.723 e intereses de préstamos, aportes extraordinarios y títulos.